Navegando por las calles de Vancouver British Columbia, me he dado cuenta de que hay muchos jóvenes Compatriotas mexicanos y en general latino-americanos, que compartimos el mismo sueño, (hay grupos culturales de cada país con los cuales hacemos sociedad) pensando en emigrar y venir a Canadá por una oportunidad de futuro. Sin embargo, mucha gente se deja llevar por falsos mitos o ideas preconcebidas sobre la vida en Canadá como si esto fuera ahora “la tierra prometida”.
Eso mismo me comentaba hace unos días un compañero de mi escuela de inglés y me daba mucho que pensar acerca de la realidad de Canadá, país en el que actualmente vivo. Y es que artículos y paginas oficiales de Canadá ofrecen una visión idealizada del emigrante en Canadá, hasta el punto que parece que al llegar a la frontera te van a recibir con aplausos, trompetas y contratos de trabajo de por vida.
Inmigrar a Canadá no es igual de fácil para todos.
Si bien es cierto que Canadá es uno de los países que mejor acoge a los inmigrantes gracias a una inteligente política de integración basada, principalmente, en “educar” a los recién llegados en los valores, normas e idiomas del país (principalmente inglés y francés en la provincia de Quebec), no es oro todo lo que brilla.
Y es que en Canadá no todos los inmigrantes tenemos la misma oportunidad. El gobierno canadiense tiene diferentes acuerdos con los gobiernos de otros países que determinan las posibilidades que tienen los ciudadanos de esos países de conseguir un visado de turista, de trabajo, la residencia o la ciudadanía canadiense. Por ejemplo, vivir y trabajar en Canadá es mucho más fácil para un alemán (por poner un ejemplo) que para un brasileño, independientemente de las capacidades o situación personal de cada uno. La razón es simple: unos vienen del “primer mundo” y otros apenas hemos salido del “tercero”. Se desconfía del segundo y se le ponen trabas y dificultades para acceder al modelo de vida canadiense y, en contraposición, se dan facilidades al primero.
En Canadá, currículums canadienses.
Durante mis primeras semanas en Vancouver preparé mi curriculum al estilo canadiense (el formato difiere un poco del que solemos utilizar en México), varias cartas de presentación, mi mejor sonrisa, y me partí a la ciudad en busca de trabajo, no únicamente relacionado con mi profesión. En todos me encontré con situaciones parecidas:
A la hora de buscar trabajo los empleadores canadienses buscan candidatos que tengan experiencia previa en Canadá, que posean titulación canadiense y que puedan aportar referencias canadienses. ¿Qué pasa cuando acabas de aterrizar por primera vez en “la tierra prometida” con tu titulación extranjera bajo el brazo, tu variada experiencia en otro(s) país(es) y no conoces absolutamente a nadie en Canadá? Pues que las cosas se ponen difíciles, y más aún cuando detrás de ti hay una fila de canadienses que sí reúne los requisitos anteriores.
Una de las maneras de llenar tu currículum con experiencia made in Canada es presentarte a las ofertas de trabajos como voluntario/a. A la hora de buscar un trabajo remunerado este tipo de actividades “altruistas” se valoran muy positivamente y, por tanto, es una práctica muy habitual tanto para canadienses como para extranjeros. La cuestión está en que no todo el mundo se puede permitir el lujo de trabajar sin cobrar.
Los sueldos canadienses son altos, los de los inmigrantes no.
Precisamente por todo lo anterior, cuando un inmigrante llega a Canadá necesita hacerse con experiencia laboral canadiense como sea, así que acepta cobrar menos de lo que cobraría un canadiense. Como es evidente, los empleadores conocen esta situación e intentan sacar provecho. No es muy raro que por el hecho de ser inmigrante recibas un salario inferior.
El salario mínimo en la provincia de British Columbia es de $10/hora aproximadamente. Esto es lo que cobran la mayoría de inmigrantes en trabajos no cualificados. Alquilar un alcoba tipo “suite” en un homestay (casa canadiense) puede costar unos $1750 por mes/por persona (un lugar pequeño con todos los servicios cerca del centro y dos “comidas” … cereal o sándwich por la mañana y comida solo plato principal) y el abono mensual de transporte de 1 zona (existen 3 zonas) son $80. Llenar el carrito de la despensa cada semana puede quedarse en los $100 (siendo optimistas), lo que hace unos $400 al mes/persona. ¿Hacemos cuentas? …Nos olvidamos de vestirnos y tener celular de la zona (aquí pagas tanto por llamar como por recibir llamadas) o hacer frente a imprevistos y no olvides el pago de la escuela, y si fuera poco pago del seguro de vida que te piden en migración cuando entras a este país valuado por toda tu estancia, imagina si vengo por 6 meses que es lo máximo que te permite Canadá… y así es como Canadá deja de ser la tierra prometida.
Algunas verdades de la utópica Canadá.
Como no tengo intención de derribar todos los mitos sobre la idealizada Canadá y para ser justa con este país que, a pesar de todo, tan bien me ha recibido, he de decir que también hay parte de verdad en la imagen de país modélico y civilizado que se tiene de Canadá.
Lo más importante, desde mi punto de vista, es que uno se siente integrado casi desde el primer momento en que aterriza aquí. No sólo el gobierno hace algunos esfuerzos por implementar planes de integración para inmigrantes, sino que, además, los canadienses, en general, son personas amables y tolerantes que hacen que uno se sienta aquí casi como en casa. Y es que, al fin y al cabo, este es un país de inmigrantes, donde sólo unos pocos descendientes de los primeros pobladores pueden considerarse originariamente “canadienses”.
Por otra parte, en un sistema puramente capitalista como el canadiense se entiende que el éxito depende del esfuerzo y capacidades de cada uno. Como he dicho anteriormente, cuando llegas aquí partes de cero, y todo lo que consigas será fruto del sudor de tu frente. La parte buena es que los demás también parten de cero, de modo que esto es la ley del más fuerte, del más rápido o del más listo, así que más te vale que seas fuerte, rápido o listo. La trampa está en que siempre hay unos con más capacidades, dinero, educación, contactos, etc. que otros y, por tanto, con más posibilidades; pero lo cierto es que si te esfuerzas, los resultados llegan y eso es muy satisfactorio.
Mónica Rangel Flores.
Desde Canadá Vancouver British Columbia.